La inmensa mayoría de las veces que cualquier persona precisa de los servicios de un arquitecto no es para que le redacte un proyecto, sino para asesorarse en aspectos relacionados con la propiedad inmobiliaria: desperfectos en su vivienda, problemas de servidumbres, valoración de inmuebles en herencias, separaciones o compraventas, etc. Una amplia experiencia, cientos de informes periciales presentados ante los Tribunales y miles de valoraciones de todo tipo de inmuebles, permiten acometer esos trabajos con seriedad y garantías.
El informe pericial es con frecuencia la prueba de cargo en un litigio y, afortunadamente con más frecuencia, la solución del problema sin tener que recurrir a los Tribunales. Un informe sensato, veraz y consistente, expuesto con claridad ante el Tribunal si es necesario, será siempre el puntal básico de cualquier demanda en asuntos relacionados con el urbanismo o la edificación.
La valoración inmobiliaria es compleja y muy poderosa; a nivel mundial puede crear burbujas y hacerlas estallar y a nivel personal puede suponer miles de euros en impuestos o terminar peleado para toda la vida con un familiar. Al profano que ha pagado una cantidad cierta por una vivienda le resulta extraño que la Administración no admita ese precio como valor del bien. Sin embargo, eso es así. Y aún más, en función de su finalidad, los criterios de valoración son distintos: el mismo bien puede no tener el mismo valor a efectos de una compraventa, un préstamo hipotecario, una operación vinculada, una reparcelación o un divorcio.
