El suelo rústico es un hecho diferencial en Castilla-La Mancha. Nuestra ordenación territorial ha sido especialmente sensible con él, desarrollando una normativa específica en materia de urbanismo, que forma parte del extenso cuerpo legal que lo regula en otros aspectos: ambientales, de patrimonio cultural y arqueológico, hidrológico, etc.
La implantación de cualquier actividad, obra o instalación en suelo rústico exige la participación de un técnico especializado que pueda, en primer lugar, valorar su viabilidad, a continuación sea capaz de desarrollar los documentos necesarios y por último conozca los procedimientos administrativos a seguir para su autorización.