La intervención en el Parque de Abelardo Sánchez, un espacio emblemático de Albacete estuvo desde el principio condicionada por una fuerte carga política. Nuestro alcalde, Manuel Pérez Castell, atendiendo la demanda ciudadana y las recomendaciones técnicas, decidió hacerle frente a todos los obstáculos, algunos rayanos en lo absurdo, que dia tras dia iba poniendo la oposición. El parque estaba enfermo, era necesario suprimir algunos árboles antes de que ellos solos se cayeran y terminar provocando alguna desgracia.
En el corazón del parque había una "casa del guarda" de uso privado. Este edificio público se devolvió a los ciudadanos como Aula de la Naturaleza. Se eliminaron los históricos charcos del paseo central, se colocaron pavimentos y protecciones seguras, iluminación moderna, se renovó la imagen de edificios: el colegio, la biblioteca, y de todos los elementos arquitectónicos y paisajísticos: pérgolas, grupos escultóricos, fuentes... Se resolvió el autoabastecimiento de agua para riego que antes se hacía ¡con agua potable!. Una obra inolvidable en la que las dificultades y la ilusión forjaron caracteres y amistades imperecederas.